domingo, 15 de mayo de 2011

El maestro que México necesita

En esta ocasión quiero ser la porta voz de algunas ideas; ideas, que indudablemente pretenden trascender, que desean universalizarse y con ello crecer. 
 
Hoy quiero hablar del “maestro ideal” sin duda, del tipo de maestro que necesita la educación actual. De aquél que posee un claro sentido de lealtad, que siempre hace lo correcto, de aquél que sólo se siente satisfecho cuando realiza con excelencia el trabajo que se le ha asignado, que busca el mejoramiento de sus cualidades académicas y de sus lecciones y en general tiene un buen sentido del humor; de aquél que además es consciente de que no es perfecto, de que aún teniendo las mejores intenciones, es seguro que más de una vez puede perder la paciencia, que puede dejar de cumplir con una o más promesas y hasta puede ser incongruente; a pesar de ello, ha aprendido a modificar la corriente de sus ideas, ha asimilado que la mente y el cuerpo humano pueden controlarse, sabe a ciencia cierta que más que un amigo, es un consejero, un asesor y guarda cierta distancia (a veces llamada respeto o dignidad). Se oye bien ¿no?

Pero no podemos engañarnos, la realidad está muy alejada de este ideal, es triste ver que predominan los profesores apáticos, los que están poco comprometidos, que se conforman con medio hacer su trabajo. Son los que a menudo responsabilizan a los demás y justifican sus actitudes negativas diciendo que “los niños no tienen remedio” o que “son un caso perdido”, mi mente aún no logra entender cómo es que estos maestros pueden presentarse ante el grupo para cumplir con su programa sin que les interese nada más, tal pareciera que lo verdaderamente importante es enseñar y no que los alumnos aprendan. Lo más risible del asunto es que estos profesores se consideran muy buenos y creen de verdad que imparten una educación de calidad. 

 

No podemos permitir que la apatía se extienda silenciosa, cual cáncer que carcome a un organismo viviente. En esta historia no hay víctimas ni victimarios, hay niños en el medio, jóvenes que buscan forjar su identidad con nuestra ayuda. Deberíamos contemplar como opción enseñarles a vivir la vida, a enfrentarla, a aceptar sus circunstancias, sus cambios, a controlarse, a ser responsables, a madurar, a divertirse, en pocas palabras a “desarrollar su personalidad”


Es urgente que los cambios en la educación sean más realidad que intención, se demandan acciones concretas, la educación requiere que la fuerza de la creatividad, la innovación, la flexibilidad y la comunicación sustituyan a los contenidos informativos, el memorismo y la pasividad. Tenemos que ser tolerantes e inteligentes. Y ojo, que esto no se vea como sacrificio, es una inversión a corto, mediano y largo plazo que eliminará la ignorancia consciente de las personas. Pero para que esto sea posible debemos de partir de algo básico, y para ello me permito preguntarte, ¿Por qué eres docente?, o mejor dicho, ¿qué haces con el privilegio de ser profesor?, ¿qué estás haciendo por los chicos que valga la pena?, ¿qué puedes enseñarles que modifique positivamente sus vidas?

No sé para los demás, pero para mí trabajar con adolescentes es un reto muy grande y enriquecedor, me permite crear y recrear, los jóvenes me llenan de satisfacciones y le dan mucha alegría a mis días. 

Es momento de reflexionar y si tras ese análisis introspectivo encuentras que realmente te interesa ejercer esta profesión, entonces estudia, capacítate, busca la mejora personal e integral, aprende y por favor ¡diviértete en el proceso! Borra de tu bagaje conductual las frases “no hago”, “no veo”, “no escucho”. Fabrícate nuevas expectativas que te permitan ser fuerte, que te den un motivo para seguir. Contempla que cada dificultad trae una oportunidad. 

Desconozco qué es lo que los demás hacen con el privilegio de estar frente a 20, 30 o 50 chicos clase tras clase, ¿a caso están conscientes, aunque sea un poco, de la responsabilidad que esto implica?, ¿de la importancia de asumir su rol?, no lo sé, pero si estas palabras han movido aunque sea un poco, las ideas, los pensamientos o la conciencia de al menos una persona, entonces han cumplido con su cometido. 

Recuerda que un maestro es capaz de entender que su labor afecta la eternidad, que influye positiva o negativamente en los alumnos y que sus acciones pueden abrir o cerrar las mentes y los corazones de los jóvenes. Y ya para terminar quisiera dejar una pregunta al aire: Y tú, ¿qué tipo de maestro quieres ser?

México agradecería que decidieras ser uno de los:

6 comentarios:

  1. Hola Brenda lo que mencionas en tu blog es cierto, definitivamente tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar las actitudes de las siguientes generaciones, en este sentido los maestros tenemos un par de retos más: Eliminar nuestra propía apatía, pues cuando falta una fuente de inspiración (sobre toda económica)en el ambiente laboral, la cosa se complica, y debemos buscar la manera de seguir caminando y evitar ponerles piedras a los chavos (IMAGINA SI LO HACEMOS CON NUESTROS PROPIOS HIJOS)y tu mejor que nadie lo sabe, por otro lado también debemos hacer frente a la apatía de sus padres pues las nuevas generaciones estan tan sobreprotegidas que cualquier comentario sobre responsabilidad la reconocen como ofensa. Definitivamente el ser maestro hoy en día es un verdadero compromiso y reto!

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  2. Mallely Martínez16 de mayo de 2011, 19:51

    Amiga que te puedo decir lo hemos platicado y es muy cierto todo lo que comentas, me gustaría mostrarlo a mis maestros, pero tan sólo de pensar que puedo herir susceptibilidades. Pero espero tener un momento oportuno y poderlo mostrarlo.
    No me queda más que felicitarte por este artículo.
    Y sÍ, ser DOCENTE es un verdadero reto pero sobre todo un GRAN COMPROMISO, que no todos tenemos claro.

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  3. Querida Brenda:
    Muchas gracias por tus palabras, tienes toda la razón, desgraciadamente no todos estan de acuerdo contigo y lo hemos comentado
    en innumerables ocasiones, pero recibe mi admiración por tu forma de pensar que es totalmente congruente con tu forma de actuar
    y ¡MUCHAS FELICIDADES!, sí tuvieramos más profesores como tú nuestro país sería otro.
    Cuidate mucho.

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  4. Desde España (Pamplona, Navarra): Enhorabuena de corazón por este artículo. No puedo estar más de acuerdo. Ojalá podamos difundirlo -lo estoy haciendo, encantadísimo- a todas partes y haga reflexionar a mucha gente.

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    1. Andrés, no pueden emocionarme más tus palabras, agradezco enormemente que difundas estas ideas. Mientras lleguemos a más personas mucho mejor.

      Un abrazo desde México.

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  5. Hola Brenda

    Yo no podría haberlo dicho mejor, definitivamente, la labor docente implica compromiso, ética, responsabilidad pero sobre todo amor por lo que hacemos, me da gusto saber que no soy la única que lucha para generar una educación de calidad, y afortunadamente tengo la dicha de trabajar en una institución formadora de docentes, y es un reto día con día llevar a los futuros maestros de educación preescolar a la reflexión sobre la importancia de su labor, por lo que tomé parte de tu artículo para una propuesta que presentaré, obviamente con su respectiva cita, y me gustaría estar en contacto contigo para que en algún momento de tu vida, nos visites y platiques un rato con nuestros docentes en formación para remover un poco sus sentimientos para que reflexionen sobre la educación que van a impartir a pequeñines de entre 3 y 6 años de edad.
    Saludos desde Quintana Roo

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